texto2


Una piedra en mis manos... es un enigma, esencialmente materia, con un espíritu motor capaz de transponer esa materia y de movilizar mis sentimientos porque sólo yo puedo interpretar y sublimar la diferencia.

María Adela Pon


25 de agosto de 2010

Por si quedaban dudas...

  

   Siempre hay un momento y un tiempo para todo, siempre hay algo que comienza aunque sea de manera imperceptible o inconciente a través de un detonante, que puede ser una persona, una fiesta, una flor… En mi caso, el comienzo de mi acercamiento al mundo de las piedras fue casi sin darme cuenta, y el tomar conciencia de querer investigar y sentirme atraída hacia él… fue a través de un libro. Como ya dije al describir el blog, todo empezó como una atracción turística, encontrar y adquirir piedras que me llamaran la atención por alguna razón difícil de explicar; hasta que un día…en una feria de artesanos para una Semana Santa en mi ciudad por adopción, aparecieron en mi vida dos mujeres mayores que tenían unas hermosas piedras para vender; comenzamos a conversar y entre palabra y palabra se quedaron conmigo dos hermosos jaspes, piedras obtenidas a la vera del Río Uruguay según me explicaron y... eso fue lo que atrapó poderosamente mi atención. Hasta ese momento veía el lugar de origen de ese tipo de piedras tan lejos de mí, que comencé a indagar más y me encontré con la sorpresa de que una de ellas se dedicaba a trabajar con ellas, realizando todo el proceso denominado lapidación, y que se desprendía de cada una con mucho dolor. Ahora, a la distancia, y después de vivenciar lo que significa establecer con cada piedra un vínculo particular, imagino que tal vez por eso conversaba tanto con las personas que las llevaban, tratando seguramente de saber al menos cuál sería el destino de cada “hija” que se iba de su lado para siempre.
  
   Pasaron los días y llegó la feria de artesanos del año siguiente y…por lógica busqué con ansias este stand, y allí estaban las dos mujeres con renovado stock y también con un conocimiento más fluido entre nosotras. De pronto una de ellas se agacha, busca entre sus cosas y me ofrece un libro… “El mundo de las piedras preciosas” del Dr Juan Grau. “Tome me dijo, léalo y al final de la feria (dentro de dos semanas) me lo alcanza” y ese fue… el momento del verdadero comienzo de mi relación tan particular y especial con las piedras. Por primera vez tenía en mis manos un libro científico, un libro de gemología y mineralogía, un libro que me iba a permitir comenzar a aprender con seriedad sobre las piedras. Devoré ese libro y tomé las notas que consideré más relevantes en base a mi poca experiencia y escasos conocimientos y tal como habíamos quedado, lo devolví en el tiempo indicado. Esta vez llegaron a mi vida otro jaspe, un ágata marrón con una pequeña geoda y un profundo interés e intriga por conocer más y más; un párrafo en la introducción del libro me había impactado, el Dr Grau escribió: “… después de tanto recorrer, fui aprendiendo que las piedras también tienen una mística, un espíritu diría yo, que va más allá de su materia…”  y ese fue el detonante para mí, saber para conocer, conocer para deleitarme, pero fundamentalmente, ahora lo veo y me sorprende, ese fue el mensaje que inconcientemente se grabó a fuego en mi mente y que luego, sin saberlo, trasladé a mis sentimientos, esos que afloran cuando “esa piedra…” llega a mis manos y ese “espíritu motor…” los moviliza.

   En esa aproximación al tema y en el afán de tomar notas, poco leí sobre el autor, tan es así que consideré que se trataba de un geólogo, gemólogo… y cuan grande fue mi sorpresa cuando al entrar en Internet y leer su biografía, de esto no hace mucho tiempo, me enteré de que se trataba de un médico chileno. Y entonces mi admiración creció al saber de su vida, de su trabajo y de sus escritos, tal vez por eso cuando me decidí a comenzar a escribir sobre mi experiencia con las piedras en este humilde blog, una idea comenzó a rondar por mi cabeza: comunicarme con él para expresarle mi agradecimiento por haber influido, impulsándome sin saberlo, a deleitarme con el descubrimiento día a día de un mundo fascinante y en el cual estoy cada vez más atrapada porque están comprometidos mis sentimientos en esta aventura; y también para pedirle si me permitiría transcribir en mi blog esa hermosa poesía de su autoría que figura en el epílogo de su libro y con la cual me siento tan identificada y a la que puso un título que ya lo dice todo “Piedra viva”. Si esto no puede ser no importa, con sólo mencionarla sé que los que tengan esta misma pasión tratarán de ubicarla y llegar a ella y seguramente, se deleitarán con su mensaje y atesorarán de la misma manera en que yo lo he hecho.

   Si después de este relato no aparece su poesía es porque no pude comunicarme, pero no dejen de leerla… un consejo que agradecerán, y tal vez empiecen a entender por qué ese espíritu, ese motor…siempre estará rondando las páginas de mi blog, buscando, como siempre, mezclarse entre las letras, las palabras o los signos.

                                                    
                                                                                                       María Adela Pon

  
   Hoy es 27 de abril de 2011 y no puedo ni quiero dejar inconcluso el texto anterior, es por eso que debo realizar el siguiente agregado.

   A unos cuantos meses de este escrito y al entrar en las páginas del Dr. Grau con la intención de releer su biografía y tratar de corroborar nuevamente la dirección de su correo, me entero con profundo dolor por qué no había podido comunicarme con él, es que el lunes 27 de Julio de 2009 el pionero del ecologismo en Chile había fallecido a los 92 años de edad. Cuando surgió en mí la idea de escribir sobre las piedras y volver a releer algunas anotaciones de su libro, al buscar información sobre su vida, en las páginas de internet, en ninguna página dedicada a su biografía, obras.... se mencionaba su muerte y seguía apareciendo su correo electrónico, es por eso que me tomé en ese momento el atrevimiento de tratar de comunicarme, lamentablemente… llegué tarde con mi agradecimiento y mi pedido.

   No encuentro mejor forma de expresar ese agradecimiento que no pude realizar, que transcribiendo las últimas palabras escritas en el epílogo del libro mencionado, después de la poesía que tanto me impactó, que creo refleja y expresa todo su sentir y explica mi deseo y mi atrevimiento al querer comunicarme con él.
  
 “Con este toque un tanto romántico me despido de ti, gentil lectora o amable lector, que has tenido la benevolencia de leer este libro que no tiene otra intención, ya lo dijimos al comienzo, que transmitir mi irrestricto entusiasmo por las piedras-gemas. Si solamente hubiera conseguido esto ya estaría más que satisfecho y se justificaría el haber publicado este libro.

   Este es el momento en que, como autor, callo y espero. Vosotros tenéis, desde este instante la palabra, siempre estaré dispuesto a escucharla y les agradeceré los comentarios malos y buenos. Pero no crean que me despido por mucho tiempo… tan pronto toméis una piedra en vuestras manos y recordéis algo de lo que aquí se enseña, yo estaré en espíritu con vosotros para compartir vuestra duda gemológica o mejor aún participar en la admiración que despiertan las hermosas gemas que, cuando brillan, parece que nos saludan desde la profundidad de los tiempos más remotos”

                                                                                                             Dr. Juan Grau

           Este es mi humilde pero sentido homenaje a su memoria.
                                                                                                                        

                                                                                                       María Adela Pon





8 de julio de 2010

Unos jaspes... un recuerdo

  
    “Tal vez si volviera a ese lugar, esas piedras…” así fue mi consiga al final de Esas piedras, un lugar, un recuerdo...  y no sé si fue magia, misterio, esa mística, ese motor que moviliza los sentimientos que pudo trascender también más allá del tiempo y del espacio, porque de pronto… esas piedras estaban conmigo y no lo sabía,  las buscaba lejos y las tenía aquí, viviendo en mi casa, muy cerca de mí.
   A pesar del tiempo transcurrido desde que se fue... mi amiga Chiche sigue presente en mi vida cotidiana. Tal vez por eso un día... mirando los jaspes... esos jaspes encontrados en la orilla del Río Uruguay... que me acompañaban desde hacía un tiempo.... y pensando en ella... los sentimientos se movilizaron y los recuerdos se agolparon, las ideas fluyeron y las palabras en el papel se ubicaron así.




Quiero soñar...


Un día de febrero buscaste otro cielo,

dejaste este suelo, buscaste otro hogar,

tal vez en silencio rogaste un milagro

y Dios te dio alas… y echaste a volar.

Pasaron los días y … llegaron los jaspes,

tesoros encontrados a la vera del río Uruguay,

manos entrerrianas descubrieron su encanto,

y al acariciarlos pensé… ¡como ellos ... no hay!

Al contarme la historia de esas bellas piedras,

no imaginaban que para mí venían de un río especial,

quizás de lugares que enlazaban recuerdos de amigas

como el Salto de Méndez, o el Ñandubaysal.

Quiero soñar… que fue tu aliento que las llevó rodando

dejándolas allí, casualmente en ese lugar,

para que las encontraran y llegaran a mis manos un día

como un regalo que ese, nuestro río, me quería ofrendar.

Quiero soñar … que vos elegiste esas piedras,

para deleitarme con los paisajes dibujados en ellas,

y para invitarme a fantasear que son tus tapices

que esta vez bordaste con hilos de estrellas.

Quiero soñar…que tu espíritu trascendió su esencia

y que esos jaspes saben del regalo que me pueden dar:

que al contemplarlos en mis manos, vea tu sonrisa

y al apretarlos muy fuerte sienta… que te vuelvo a abrazar.


                                                                                 

                                                                                      Autor:  María Adela Pon



  

3 de julio de 2010

Esas piedras, un lugar, un recuerdo...




   Hoy mi amiga, me llevó al pasado, pero un pasado que se vuelve presente cuando yo quiero, y hoy…porque ella quiere, y esto de compartir lo que hace tantos años vivimos en unos días de verano es algo que sólo se siente, no se puede explicar; y cada vez que ese recuerdo aparece siempre se siente de manera especial, quizás porque hay amigos…

   “ Hoy es un día gris y melancólico, típico de los inicios del invierno. Mirando por la ventana, deleitándome con las flores que se resisten al frío, comienzan a aparecer imágenes y recuerdos… y ahí está nuestra común amiga, como siempre…sonriente y expectante a la ocurrencia…y entonces mi mente vuela, vuela…y de pronto se detiene en el último “mini verano” que pasamos juntas.

   Y, oh casualidad! Las piedras de la cascada del Salto de Méndez fueron protagonistas del encuentro. El agua, corriendo y cantando entre ellas, resultó un bálsamo para las tórridas tardes de Gualeguaychú.

   Como si hubieran estado estratégicamente dispuestas para nosotras, nos ofrecían, generosas, el más reconfortante hidromasaje mientras nos contábamos historias y reíamos estrepitosamente recordando anécdotas, personas, personajes…

   En la orilla, a la sombra de los árboles, los maridos preparaban las brasas para el asado…

   Cuando algo es tan bien aprovechado y disfrutado, ¡que importa si es lo último…! siempre estará la magia para desempolvarlo y volver a arrancarnos risas, aunque sea entre lágrimas.”
Ana María Latuf

   Y al leer estos párrafos los sentimientos comienzan a movilizarse…. aunque esta vez ese espíritu motor no está en una piedra que está en mis manos, sino en un montón de ellas que están en mi recuerdo…

   ¡Las piedras del Salto de Méndez! Lugar paradisíaco cuyos famosos saltos se forman sobre el río Gualeguyachú ; a orillas de ese río se encuentra la “ciudad de los poetas” como se la denomina a mi Gualeguychú natal, la ciudad de nuestros encuentros. Cómo no tener atados con hilos de añoranza río y ciudad si ahí están las raíces de nuestra amistad. Cómo no llevar en el alma prendido el reencuentro de ese día con esas cascadas si Ana y yo nunca más volvimos a verlas, tal vez porque nada fue igual para nosotras desde que Chiche nos dejó…para ir a vivir bajo otro cielo.

   Río, ciudad, historias de vida…, piedras que ayudan a evocar recuerdos, imposible perderme la oportunidad de traerlas imaginariamente al presente, para permitirle a ese motor que moviliza los sentimientos, que pueda trascender también más allá del tiempo y del espacio.
Tal vez si volviera a ese lugar, esas piedras…

                                                                                                          

                                                                                               María Adela Pon

20 de junio de 2010

¿Tienen vida las piedras?


    Desde que comenzamos a bucear en los libros, hemos conocido que en la naturaleza hay tres reinos: animal, vegetal y mineral y que los seres vivos pertenecen a los reinos vegetal y animal, que están compuestos por materia orgánica y que hacen cosas que las piedras y las rocas no pueden hacer ya que ellas no respiran, ni se nutren, ni se reproducen, y carecen de ciertas facultades que poseen los seres vivientes.  Desde esta perspectiva y conocimiento deberíamos contestar que las piedras no viven, si tomamos a la palabra “vivir” en su sentido más estricto.

   Sin embargo…la estructura básica de la materia orgánica, de la que están compuestos los seres vivos, es la misma que la de la materia inorgánica: ambas consisten en partículas de infinita pequeñez llamadas moléculas, integradas a su vez por átomos; tal vez la diferencia radique en que en los seres vivos predominen algunos elementos químicos como el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el calcio, el fósforo, el potasio y el sodio y los elementos químicos más pesados no aparecen en la célula sino en el mundo inorgánico.

    Si bien las piedras no se nutren, ni se reproducen, ni…ni…, revisten con frecuencia formas raras y regulares; los cristales suelen crecer, y parece algunas veces que echan retoños en forma de cristales más pequeños; los cristales "crecen" siguiendo unas pautas geométricas muy complicadas. ¿ Y qué podemos decir de las perlas que se originan y crecen en el interior de un molusco?.

   Sin embargo… por algo desde tiempos inmemoriales los cristales y gemas han sido parte de nuestras vidas, siendo utilizados por la humanidad en un modo místico, misterioso, curativo, y decorativo. El camino recorrido por el hombre para comprender esos profundos silencios llenos de sabiduría y enseñanzas, comienza con la vida misma. La ciencia moderna cuenta con medios impensables hace siglos y ha demostrado que los minerales desprenden energía y que esta emisión se produce a través de vibraciones. En esto se basan la astrología, la medicina ayurvédica, la gemoterapia… para sostener que los cristales tienen la propiedad de equilibrar y armonizar la energía de otros cuerpos determinando así sus posibles efectos benéficos y curativos. Disciplinas con las cuales podemos estar o no de acuerdo, pero lo que no podemos ignorar es que tanto la Física como la Química son ciencias exactas y las propiedades físicas, químicas, ópticas, mecánicas, de los minerales son innegables. Externamente el cristal puede parecer inmóvil, pero en realidad es una masa molecular viva que vibra a cierta frecuencia. Esto es lo que da esa energía al cristal.

   Sin embargo…por algo… cuántas incógnitas, cuánto por explorar, cuánto misterio por desentrañar y, sobre todo, ¡cuánta mística, poesía y leyenda en derredor de las piedras!

   Y en ese sin embargo…este blog no estará exento de la búsqueda de esa mística, porque en este caso, como en mi vida, fue suficiente abrir la puertas del mismo para que… ese espíritu, esa vida… comenzara a rondar sus páginas, como queriendo infiltrarse cautelosamente entre las letras y los signos, tratando de encontrar su lugar o afianzar tímidamente su existencia. Y tal vez, como buscando cómplices para tal aventura, esperaba el momento oportuno para animarse a entrar, y ese momento llega a través de las reflexiones que sobre una poesía realiza y me hace llegar una de mis amigas de la adolescencia, con la cual sigo manteniendo ese lazo que sólo lo crea una amistad sin tiempo ni fronteras. La poesía la tiene en su poder lamentablemente como de autor anónimo y es por eso que así lo consigno, y un día la guardó sin saber cómo ni por qué… y lleva como título



La piedra

El distraído tropezó con ella,
el violento la usó como proyectil,
el emprendedor construyó con ella,
el caminante cansado la usó como asiento.

Para los niños fue un juguete,
Drummond hizo poesía con ella,
David mató a Goliat,
Miguel Ángel extrajo de ella la más bella escultura.

En todos los caso la diferencia no estaba
en la piedra, sino en el hombre.

No existe piedra en tu camino que no puedas
aprovechar para tu propio crecimiento.

Que tu vida sea así, llena de piedras…
y que sólo tú hagas la diferencia.
Autor anónimo

   “ Al terminar de leer...mi imaginación voló a la infancia, a la punta de un muelle...donde nuestra incipiente adolescencia se divertía arrojando esas piedras, de tal manera, que planeando y saltando en el agua al modo de "patito" (así llamábamos el juego), hacía nuestras delicias y regodeos de destreza. Pasábamos largos ratos en nuestra memorable competencia, admirando los dibujos concéntricos que nos devolvía el agua hasta quedar nuevamente en calma..., y así reanudar una y otra vez..., hasta agotar las piedritas y la paciencia.
Esos eran los problemas de entonces...,con que alegría y habilidad los arrojábamos, buscando la recompensa de un record momentáneo, que dejaba su estela en el agua, y desaparecía mucho antes que una melancolía pudiera turbarnos....

    Con asombro y algo de añoranza, miro atrás y no puedo visualizar todas las piedras, han sido tantas.... Y en el espejo del examen de conciencia hubiera deseado ver reflejado, siempre, a Miguel Ángel…(hubiera sido el ideal más grande). Pero, en fin, como el caminante, hago un alto...descanso...reflexiono... y sigo adelante... Siempre Adelante !!!!”
Ana María Latuf

   Dos personas distintas, dos realidades, dos reflexiones en poesía y prosa que van desde lo concreto hasta la metáfora; desde una aparente descripción de los usos de las piedras por un lado y un recuerdo de un juego de la infancia por el otro, para llegar a la expresión de las reflexiones y sentimientos que les provocaron esas evocaciones; para el poeta anónimo “En todos los casos la diferencia no estaba en la piedra, sino en el hombre”; para mi amiga “Y en el espejo del examen de conciencia hubiera deseado ver reflejado, siempre, a Miguel Ángel... (hubiera sido el ideal más grande). Pero, en fin, como el caminante, hago un alto...descanso...reflexiono... y sigo adelante... Siempre Adelante!!!!”

   El disparador de estas reflexiones ¿sólo la materia inerte? o ¿hay algo más sutil que inconscientemente va entrelazando recuerdos, reflexiones, sentimientos?

   ¿Vida?...no lo sé; ¿misterio y mística? indudablemente; y es en este contexto como “esa vida” está encontrando su lugar, definiendo su significado en este blog, estableciendo su marca en una fantástica trasgresión de los planos: una relación de materia inorgánica- materia orgánica que se transforma en una relación mística-cuerpo-mente, o por qué no espíritu- emociones- sentimiento.

    Y entonces desde esta perspectiva (ni filosófica ni científica), donde esa materia inorgánica contribuye a que los sentimientos tomen forma en mi mundo interior, esa piedra en mis manos… es nada más ni nada menos que ese enigma, esencialmente materia con un espíritu motor capaz de movilizar mis sentimientos y transponer esa materia porque sólo yo puedo interpretar y sublimar la diferencia.


                                                                                                María Adela Pon

7 de junio de 2010

¿Abrimos la puerta?



   Para conectarse con una piedra…hay que dejarse llevar, tan simple como eso y a la vez tan especial. Pero al mismo tiempo que tomamos contacto con ella comenzamos a indagar, tal vez como para intentar saber por qué nos llamó la atención entre tantas otras. A veces nos atraerá su color, otras su forma, otras su brillo, otras … y entonces empezamos a preguntar: de qué piedra se trata, de dónde es, si hay de otros colores, de qué mineral se trata, con qué signo del zodíaco se la relaciona, qué efectos curativos se le atribuyen, etc, etc. ¡Estamos abriendo la puerta! Y las respuestas que recibamos serán de distinto tenor de acuerdo a la sensibilidad, el conocimiento y sobre todo a la vivencia y experiencia de nuestro interlocutor en este tema. Y entonces todos los nombres, la ubicación de la piedra en una clasificación, el significado de la misma, de dónde es originaria, por qué o para qué la eligen…todo comienza a variar.

    Por eso al abrir la puerta y comenzar a asomarnos a este fascinante mundo no estaría mal establecer algunas ideas muy simples como para ayudarnos a entender primero, para deleitarnos después.  Creo que es importante poner en claro el significado de algunos términos, esos que se mezclan en los artículos y cuando queremos acordar no sabemos bien a qué nos referimos cuando los usamos. Ponerlos en claro desde una muy simple perspectiva no significa que no haya hecho una investigación para lograrlo, porque es el camino que yo he recorrido en este tema y que los consigno de la forma en que los he logrado entender ya que no soy ninguna erudita en el tema, simplemente y ni más ni menos, soy alguien apasionada y fascinada por estos…enigmas que viajan.

    El primer concepto que aparece es el de piedras y así puedo empezar diciendo que son piedras cuando éstas se nos presentan tal como las ha creado la naturaleza o sea el nombre habitual que le damos a todo componente de la corteza terrestre, y gemas cuando en estas piedras ha intervenido la mano del hombre; o sea que el término gema está relacionado con el valor que le damos a las piedras; es por eso que muchos autores prefieren llamar gemas a todas las piedras que pueden ser talladas y que tienen valor en joyería y ornamentación, y es así que cotidianamente podemos encontrar los términos gemas o piedras preciosas y gemas o piedras semipreciosas usados indistintamente.

   Los materiales utilizados como gemas son en su mayoría minerales, Un mineral es una sustancia inorgánica de origen natural que tiene una composición química definida y una estructura molecular determinada; se compone de la misma sustancia en todas sus partes; tiene una composición química fija, aunque a veces, pueda contener una sustancia contaminante que modifique su color. La diferencia entre las rocas y los minerales reside en que un mineral es una sustancia inorgánica que puede estar dotada de una forma característica y una composición química uniforme, mientras que una piedra está compuesta por más de un mineral de manera que al partirla sus fragmentos pueden estar integrados por distintos minerales. Todas las rocas están formadas por minerales, necesita minerales para ser roca, pero los minerales no necesitan de la roca para ser minerales y también un mismo mineral lo podemos encontrar en rocas diferentes. La formación de un mineral depende únicamente de los elementos químicos que había durante su formación y las características físicas que se dieron (básicamente presión y temperatura) e independiente del fenómeno geológico que le dio origen.

   Los minerales están hechos de elementos químicos, un solo elemento químico o una combinación de elementos químicos. Hay más de 118 elementos químicos conocidos. La clasificación química divide los minerales en grupos según sus compuestos químicos. Cualquier mineral conocido puede ser integrado dentro de estos grupos, pues en la práctica la totalidad de ellos incluyen alguno de estos compuestos.

   Hasta no hace mucho tiempo la mineralogía  clasificaba los minerales según principios químicos-estructurales, siguiendo a Huge Strunz, en 9 clases. A finales del año 2001 Strunz, en colaboración con E. F. Nickel, publicó una nueva clasificación según la cual los minerales se dividen en 10 clases:
1        Elementos: cobre, plata, oro, hierro, grafito, diamante, azufre…
2        Sulfuros: esfalerita , calcopirita, galena, pirita…
3        Halogenuros: halita, fluorita…
4        Óxidos e hidróxidos: corindón, hematites, ágata, amatista, citrino, cuarzo, calcedonia, jaspe, xilópalo…
5        Nitratos, carbonatos: calcita, dolomita, malaquita, azurita, magnetita…
6        Boratos: boracita, colemanita…
7        Sulfatos, cromatos, molibdatos, wolframatos: celestina, baritina, yeso…
8        Fosfatos, arseniatos, vanadiatos: apatito, turquesa, vanidinita…
9     Silicatos: granate, topacio, jadeíta, talco, mica, zeolitas, aguamarina, labradorita, serpentina, berilo, lapislázuli, peridoto, piedra de luna, rodonita…
10    Sustancias orgánicas: ámbar…

   En función de esta clasificación es que los expertos realizan la agrupación de las piedras en grupos y familias. Sin embargo la primera gran distinción entre piedras preciosas y semipreciosas está hecha en relación a su rareza, belleza, escasez, dureza, transparencia, su color y su brillo. Se consideran piedras preciosas solamente al diamante (piedra preciosa por excelencia y la sustancia natural más dura que se conoce), la esmeralda, el rubí y el zafiro, el resto de las piedras de valor se consideran semipreciosas. Algunos autores ya no hacen esta distinción y consideran a todas las gemas como piedras preciosas.

    Los minerales pueden aparecer en la naturaleza, básicamente, de dos maneras:
   - sin una forma definida y se denominan amorfos o sea que son materiales que no presentan una ordenación regular de sus átomos o moléculas, con lo cual tampoco pueden presentar externamente formas poliédricas cristalinas, es decir no son cristales. Algunos materiales amorfos han sido formados por procesos naturales, por ejemplo los vidrios volcánicos como la obsidiana, o la resina fosilizada como el ámbar o el azabache. También un material amorfo artificial es el vidrio, éste puede ser utilizado como elemento de joyería; de hecho, durante el siglo XVII se empleó mucho.
   - con una disposición geométrica bien definida, a estos se les llama minerales cristalinos o, simplemente cristales. Es decir que hablamos de cristales cuando los elementos químicos a una presión y a una temperatura, se unen manteniendo una distancia entre ellos (más calor los colocará más lejos y más presión, más cerca), de modo que se ordenan en el mineral, manteniendo un equilibrio energético. Esta ordenación de los elementos hace que la materia mineral tenga estructura interna ordenada de modo que, muchas veces, este orden se aprecia en la propia forma del mineral, dando lugar a formas geométricas aparentemente caprichosas. Un cristal es, por tanto, un mineral cuya estructura interna (elementos) está ordenada. Para que en un lugar se formen cristales se necesita espacio. Por eso, suelen aparecer en las grietas o en las cavidades vacías de las rocas. También aparecen formando parte de rocas blandas, que facilitan su crecimiento. La mayoría de los cristales naturales se forman a partir de la cristalización de gases a presión en la pared interior de cavidades rocosas llamadas geodas. La calidad, tamaño, color y forma de los cristales dependen de la presión y composición de gases en dichas geodas (burbujas) y de la temperatura y otras condiciones del magma donde se formen.

   Hay algunos líquidos anisótropos, denominados a veces "cristales líquidos", que han de considerarse en realidad como cuerpos mesomorfos, es decir, estados de la materia intermedios entre el estado amorfo y el estado cristalino.

   Los cristales pueden ser transparentes (permiten el paso de la luz como el cristal de roca o cuarzo hialino, calcita, berilo…), traslúcidos (permiten el paso de la luz pero no totalmente como el ágata, ónix, sodalita, rodocrosita…) y opacos (no dejan pasar la luz como el ojo de tigre, jade, ópalo, turquesa, malaquita, rodonita…)

   No todas las piedras son minerales, hay gemas de origen orgánico, ya sea de origen vegetal o animal, como el ámbar (sustancia orgánica de origen vegetal conocida como resina fosilizada; puede tomar todos los tonos del amarillo); el azabache (sustancia de color negro brillante, de origen vegetal constituido en su mayor porcentaje por carbono y el resto por oxígeno, nitrógeno, y azufre); el coral (es la parte mineral de una estructura formada por colonias de pólipos con aspecto de flor, es decir es un esqueleto que dejó una colonia de pequeños animales que nacen y mueren en el fondo del mar y que tienen la capacidad de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en él,  generando un esqueleto calcáreo duro; el más común es de color rojo);  el marfil (materia dura, compacta y blanca de que principalmente están formados los dientes de los vertebrados, que en la corona está cubierta por el esmalte y en la raíz por el cemento. En la industria se utiliza, para la fabricación de numerosos objetos, el de los colmillos de los elefantes) y las perlas (formadas principalmente por una sustancia llamada nácar; el nácar o madreperla es una sustancia orgánico-inorgánica, ya consolidada, dura, blanca, brillante y con reflejos irisados. Forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, razón por la que diversas de estas especies lo segregan de manera considerable para reparar sus caparazones dañados o para cubrir determinados objetos dentro de ellos, mecanismo que es utilizado por los recolectores de perlas, para administrar a unos determinados moluscos piezas en el interior que saben cubrirán con el nácar, convirtiéndolos en perlas u otros objetos valiosos nacarados .El nácar esta compuesto por plaquetas de carbonato de calcio cristalizado. Si bien no son verdaderas piedras son gemas muy valiosas). La obsidiana tampoco es un mineral, sino que es una roca ígnea, se la llama comúnmente vidrio volcánico y la tectita o moldavita tampoco parece tener conexión alguna con los minerales, se cree que proviene del espacio y que haya caído como lluvia meteórica sobre la tierra.

   Debido al gran valor económico que pueden alcanzar las gemas, el hombre siempre ha intentado reproducir estos materiales naturales en el laboratorio. Con el desarrollo de la tecnología y de las técnicas de síntesis mineral es posible obtener muchas gemas, incluso diamantes. Estas piedras preciosas hechas por el hombre se denominan "piedras sintéticas" y tienen la misma composición química y propiedades físicas que los minerales naturales. Una de las tareas habituales de un gemólogo, y con frecuencia la más difícil, es la de llegar a determinar si una gema es natural o no. Esta determinación es muy importante pues las piedras naturales poco frecuentes pueden llegar a alcanzar un valor muy superior al de las sintéticas. Las gemas artificiales son materiales fabricados en un laboratorio por el hombre y que no tiene contrapartida en la naturaleza y las gemas de imitación son cualquier material, natural, sintético, artificial, o vidrio, que por su apariencia se emplea para imitar a uno natural de mayor valor.

   Creo que como para entrar en materia, con estos términos aclarados ya nos alcanza. Sobre las propiedades de los minerales hablaremos en un capítulo aparte.



                                                                                                      María Adela Pon

6 de junio de 2010

Esa piedra...


Cada piedra en mis manos es un misterio,
un misterio de belleza cautivante,
con una larga historia casi oculta
o una leyenda asombrosa y fascinante.
Cada piedra es un regalo que la tierra entrega
a aquél que se esfuerza y la trabaja,
para mí que la atesoro, es un enigma,
un insondable enigma que se despierta...y viaja.
Cada piedra es...esa piedra
única, singular, perfecta,
pura energía que fluye,
vibración que se proyecta,
sólo quien la tiene sabe de su fuerza
de esa fuerza que es secreta.
No importa si la conservo en pulida y brillante gema
o en ese trozo de roca conseguido en una feria,
lo que importa es lo que ofrece,
lo que emana de esa piedra,
lo que importa es su espíritu que trasciende la materia.
Cómo no reconocerla si esa piedra...es mi piedra,
la que pronunció mi nombre,
la que atrapó mi mirada,
la que se aferró a mis manos buscando que la llevara.
La que engalana mi casa,
la que me llena de calma,
la que armoniza mi vida,
la que regocija mi alma. 







                                                                                         Autor: María Adela Pon


2 de junio de 2010

Hay un fascinante mundo



   Hace algunos años, sin saber cómo ni por qué, comencé a vincularme con este mágico mundo. Ni siquiera recuerdo cuál fue la primera piedra que ingresó en mi colección, pero sí sé que puedo reconocerlas a todas, y también recordar su procedencia. Lo que comenzó como una atracción turística, se fue transformando en un hobby atrapante y que se va acrecentando día a día, teniendo en cuenta mis posibilidades tanto materiales como de encuentro con ellas.

   Las piedras ejercen sobre mí una atracción particular. Todavía no he podido distinguir qué es lo que me atrae más de ellas: si saber su nombre, su origen, su valor energético, sus características, su color, sus propiedades terapéuticas, su simbología... sólo sé que cuando se produce el encuentro, aparece mágicamente ese hilo invisible que me atrae y me conecta seguramente con alguna de ellas, la que me atrapa, la que me llama, la que se aferra a mi mano para seguir compartiendo mi vida, adornando mi casa, elevando mi espíritu.

    Junto con esta atracción comenzó a manifestarse también la curiosidad por la investigación, sin demasiadas pretensiones, totalmente autodidacta. Entonces mi vocabulario comenzó a ampliarse, los libros y artículos leídos comenzaron a abrir mi mente a este fascinante mundo, pero lo más enriquecedor fue y seguirá siendo la charla personal con aquellos que están en contacto permanente con ellas y además son los encargados de que lleguen a mi vida. Tal vez por eso hoy me animo a comenzar a escribir sobre este hobby que llena mis horas y que me permite tener una aventura especial cada vez que visito algún lugar donde puedo encontrarlas y reestablecer con ellas ese lazo invisible de la comunicación.

    ¿Qué vas a encontrar en este sitio? Quizás en el poema encuentres la respuesta. No pretendo ni quiero transformar este espacio en una investigación científica sobre las piedras porque para eso estaría bueno recurrir a la extensa bibliografía escrita por los expertos en cada de las ciencias o ramas de ellas que se relacionan con este tema: Geología, Mineralogía, Arqueología, Gemología... ni tampoco ignorar las investigaciones, documentacióm o leyendas relacionadas con el simbolismo y uso terapético de las mismas.

   Si estás aquí es porque algo tenemos en común: esa atracción que sólo entendemos aquellos que vivenciamos este fantástico mundo desde otro lugar. 
   ¡Sólo los que vivimos esta experiencia formidable con las piedras, sabemos lo que estamos compartiendo!



                                                                                                         María Adela Pon