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Una piedra en mis manos... es un enigma, esencialmente materia, con un espíritu motor capaz de transponer esa materia y de movilizar mis sentimientos porque sólo yo puedo interpretar y sublimar la diferencia.

María Adela Pon


15 de abril de 2015

¿Las apariencias engañan...?



   Hace exactamente dos años que no escribo en este blog y es la segunda vez que me sucede…  pero no por eso dejé de interiorizarme en el tema o acercarme a las piedras o estudiar un poco… simplemente porque no puedo dejar de hacerlo. En ese tiempo nueva bibliografía llegó a mis manos y algunos artículos que había dejado inconclusos volvieron a llamar mi atención para terminarlos y publicarlos… y este es uno de ellos… el complemento del que ya había publicado con este título ¿Tienen vida las piedras?  y en el cual había consignado:
 Sin embargo… por algo… desde tiempos inmemoriales los cristales y gemas han sido parte de nuestras vidas, siendo utilizados por la humanidad en un modo místico, misterioso, curativo, y decorativo. El camino recorrido por el hombre para comprender esos profundos silencios llenos de sabiduría y enseñanzas, comienza con la vida misma. La ciencia moderna cuenta con medios impensables hace siglos y ha demostrado que los minerales desprenden energía y que esta emisión se produce a través de vibraciones. En esto se basan  la astrología, la medicina ayurvédica, la gemoterapia… para sostener que los cristales tienen la propiedad de equilibrar y armonizar la energía de otros cuerpos determinando así sus posibles efectos benéficos y curativos.  Disciplinas con las cuales podemos estar o no de acuerdo, pero lo que no podemos ignorar es que tanto la Física como la Química son ciencias exactas y las propiedades físicas, químicas, ópticas, de los minerales son innegables.

Y es a estas propiedades a las que me voy a referir en esta investigación que también había prometido en  ¿Abrimos la puerta?

Propiedades de los minerales


1-      Propiedades químicas

    Para conocer las propiedades químicas de un mineral es necesario recordar que un mineral es una disposición ordenada de átomos químicamente unidos que forman una estructura que se refleja en objetos de formas regulares denominados cristales. Es por ello que se dice que los minerales tienen una estructura cristalina concreta. Casi todos los minerales desarrollan formas cristalinas determinadas, o sea, cuerpos homogéneos con una red estructural regular de átonos, iones o moléculas y que ofrecen una rígida estructura geométrica. Esta estructura interna es constante y no cambia.

   Todos los minerales se pueden reconocer por ciertas propiedades químicas que presentan, por ejemplo, al conocer los elementos de los cuales están formados y cómo reaccionan con determinados reactivos.  Entre ellas podemos mencionar:

-    Reactividad: capacidad de reaccionar con otras sustancias, como la calcita con ácido clorhídrico.

-    Solubilidad: capacidad del mineral de ser soluble en agua, como el yeso.

-  Sabor: característico de algunos minerales, como la halita (algunos pueden ser venenosos).

-  Radiactividad: es la propiedad que poseen determinados minerales para emitir partículas de forma natural y espontánea. La radiactividad natural tiene muchas aplicaciones científicas, médicas e industriales, y los minerales que la poseen raramente alcanzan niveles peligrosos. Ejemplo: la uraninita que se obtiene del uranio.

  Para reconocer las propiedades químicas se realizan algunas pruebas: determinar si es soluble en agua; ver si al calentarlo se funde, desprende vapores o pierde agua; determinar si reacciona con ácido clorhídrico; someterlo al test de la llama, es decir colocar el mineral directamente a la llama de un mechero y observar si emite luz de algún color.


2-      Propiedades físicas

   La estructura interna del cristal, la red espacial, es lo que determina las propiedades físicas de las piedras y las manifestaciones ópticas. Entre esas propiedades podemos mencionar:

-  Densidad: relación entre masa y volumen. La densidad depende de la composición química del mineral y de su estructura cristalina.

-  Forma: la mayoría de los cristales no se presentan en formas del todo regulares, sino que están deformados porque alguna de sus caras se han desarrollado mejor a costa de las otras pero los ángulos que se forman entre los planos permanecen constantes. El hábito se refiere a la forma más común en que se presenta el mineral y así se pueden distinguir diferentes hábitos: isométricos o cúbicos, alargados en una o dos direcciones, formas intermedias, granulares, dendríticos, estalactitas…. Pueden corresponder a cristales bien formados o a formas aparentemente no cristalinas.

-  Conductividad: capacidad para conducir la electricidad, como el cobre nativo. Muchos minerales conducen bien la electricidad (conductores), mientras que otros se oponen a su paso como las micas (aislantes) y unos pocos la conducen medianamente (semiconductores). Gracias a estos últimos se han desarrollado semiconductores que permiten al ser humano conseguir un alto nivel tecnológico.

Magnetismo:  Todos los minerales están afectados por un campo magnético. Los minerales que son atraídos ligeramente por un imán se llaman paramagnéticos, los minerales que son repelidos ligeramente por un imán se llaman diamagnéticos. Magnetitta y pirotita son los únicos minerales magnéticos comunes.

-   Dureza: resistencia a ser rayado por un objeto de aristas afiladas (dureza de rayado). El diamante es el mineral más duro, el talco es el más blando. Un mineral posee una dureza mayor que otro, cuando el primero es capaz de rayar al segundo. El mineralogista alemán Friedrich Mohs (1773-1839) diseñó en 1822 una escala de medidas que lleva su nombre y que se utiliza en la actualidad, en la que cada mineral puede ser rayado por los que le siguen. Se toman 10 minerales comparativos del más blando al más duro, que son: talco, yeso, calcita, fluorita, apatito, ortosa, cuarzo, topacio, corindón y diamante. El número 1 es el grado más blando y el 10 es el más duro. Esta escala, conocida como escala de Mohs, hoy día se la utiliza en todo el mundo. En el tallado de las piedras preciosas y ornamentales la dureza es muy importante.

-  Exfoliación: significa que cuando un mineral se rompe se puede separar por superficies planas y paralelas a las caras reales, es decir tiene la capacidad de partirse en láminas como la mica, galena, fluorita y el yeso. La exfoliación depende de la estructura recticular de los cristales (estructura interna), de las fuerzas de cohesión entre los átomos. Esta propiedad no todos los minerales la poseen y sólo un pequeño porcentaje la muestra de un grado eminente. Los que no la tiene suelen presentar fractura, lo que significa que al ser golpeado se parte según diferentes formas: concoidea (que forma una superficie curva y suave);  fibrosa (que al partirse quedan astillas); fracturas irregulares.

 -  Tenacidad o cohesión: es el mayor o menor grado de resistencia que ofrece un mineral a la rotura, deformación, aplastamiento, curvatura o pulverización. Se distinguen las siguientes clases de tenacidad: frágil (es el mineral que se rompe o pulveriza con facilidad; ejemplos: cuarzo y el azufre); maleable (el que puede ser batido y extendido en láminas o planchas; ejemplos: oro, plata, platino, cobre, estaño); dúctil (el que puede ser reducido a hilos o alambres delgados; ejemplos: oro, plata y cobre); flexible (si se dobla fácilmente pero, una vez deja de recibir presión, no es capaz de recobrar su forma original; ejemplos: yeso y talco); elástico (el que puede ser doblado y, una vez deja de recibir presión, recupera su forma original; ejemplo: la mica).


    3-  Propiedades ópticas

   Entre las propiedades de las piedras preciosas y ornamentales son las ópticas las que adquieren un carácter primordial.

   Las más importantes son el grado de refracción y el color. Otras propiedades incluyen: el fuego, la exhibición de colores prismáticos; el dicroísmo, habilidad de algunas piedras para mostrar dos colores distintos según la dirección con que se observan, el brillo, la luminiscencia y la transparencia.

-   Color: los colores son una impresión óptica que captamos de la emisión de energía de mayor o menor densidad. Cuanto menos densa sea la vibración de una onda energética, más cerca estará del blanco y simbolizará un aspecto espiritual, y cuanto más densa sea estará más cerca del negro y del aspecto material. La graduación siempre sigue a la del arco iris. El color de las de las piedras preciosas y ornamentales puede cambiar en forma temporal o modificarse en forma duradera con el paso del tiempo.

-  Brillo: aspecto que presenta al reflejar la luz. Depende del índice de refracción de la piedra y de la constitución de la superficie de la misma. El brillo no se puede medir. A la piedra sin brillo se la denomina mate. Puede ser un brillo metálico que es el más intenso de todos y que se da en solamente en piedras opacas;  nacarado que es como el brillo del nácar; sedoso con un efecto lumínico ondulante tal como el de la seda natural; resinoso que es un brillo menos intenso como el del ámbar; adamantino que es el más valorado por ser un brillo reluciente como en el diamante tallado. Se da en piedras preciosas transparentes o translúcidas.

-  Índice de refracción: (sólo si se trata de un mineral cristalino) un rayo de luz que atraviesa un cristal se desvía un ángulo característico de cada mineral.

-  Birrefringencia: algunos minerales cristalinos dividen en dos un rayo de luz que les atraviese.

- Luminiscencia:  algunos minerales emiten luz cuando se les ilumina que no es el resultado de incandescencia. Puede ser metálico, graso, lechoso, etc. Se la observa, entre otros, en minerales que contienen iones extraños llamados activadores. Los minerales fluorescentes se hacen luminiscentes cuando están expuestos a la acción de los rayos ultravioleta. Si la luminiscencia continua después de haber sido cortado la excitación se llama al fenómeno fosforescencia y al mineral con tal característica mineral fosforescente.
Las fluoritas de color intenso son minerales fosforescentes, que muestran luminiscencia al ser expuestos a los rayos ultravioleta

-  Transparencia: como cualquier otro objeto, pueden ser transparentes, como algunos cristales de calcita; translúcidos, como el aragonito y opacos, como la magnetita. La transparencia es muy importante para observar minerales al microscopio, de modo que esta práctica se ha convertido en la forma más fiable y, por tanto, usada para identificar minerales. La velocidad de propagación de la luz por el interior del mineral, produce "falsos colores" y efectos ópticos al microscopio que son característicos de cada mineral.


   De todo lo hasta aquí consignado, se puede inferir que la estructura de los cristales, tomen la forma que tomen, puede conservar, enfocar y emitir emergía. En el corazón del cristal está el átomo y sus electrones y protones. El átomo es dinámico y está compuesto por una serie de partículas que rotan alrededor del centro en movimiento constante.  Externamente el cristal puede parecer inmóvil, pero en realidad es una masa molecular viva que vibra a cierta frecuencia. Esto es lo que da esa energía al cristal.
   La investigación y los estudiosos del tema me llevaron a arribar a estas conclusiones: las gemas emiten vibraciones consistentes y repetitivas… los cristales tienen la capacidad de ser constantes y coherentes en la propagación, vibraciones u oscilaciones de la energía…  lo que parecería inmóvil tiene vida  y entonces la poesía  “Piedra Viva” del Dr Grau… vuelve a mí para ayudarme con  este enigma…  y para confirmarme… que las apariencias engañan.

“Espero con ansias que quieras contarme
todo lo que sabe tu vida sin fin
tu dureza pétrea esconde latidos de infinitos mundos,
materia que bulle, se mueve y palpita muy dentro de ti
trillones de átomos, protones y núcleos
en loca carrera de ir y de venir.

¿No es ese el secreto de tu entraña vida
no es mi mano acaso de materia al fin?
tan hermanos somos
que pronto tú estarás en mí
no será la mano que tome tu cuerpo
será mi cuerpo que volverá a ti.
Quizá sólo entonces lograré entender
tu alma, tu idioma y todo tu sentir.”

   Y con esta poesía y estas conclusiones… cierro el ciclo de las generalidades, esos conceptos que nos llaman a investigar para ubicarnos en el contexto. A partir de ahora trataré de seguir escribiendo para hablar de esas piedras que tengo en mi casa… que no son más ni menos que… esos enigmas que viajan…  y lo que pase en nosotros cuando “esa piedra” llegue a nuestras manos, toque nuestro cuerpo o mueva nuestros pensamientos, recuerdos y sentimientos… correrá por nuestra cuenta.


                                                                                                       María Adela Pon    

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