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Una piedra en mis manos... es un enigma, esencialmente materia, con un espíritu motor capaz de transponer esa materia y de movilizar mis sentimientos porque sólo yo puedo interpretar y sublimar la diferencia.

María Adela Pon


10 de noviembre de 2015

Los jaspes



   Quien ha tenido un jaspe entre sus manos sabe que es una hermosa piedra multicolor con la que uno puede fantasear y hacer volar la imaginación, nos permite deleitarnos con las figuras que en ella podemos descubrir… porque son espectaculares paisajes que viajan.
   
  Con los jaspes tengo una relación particular, yo nací en la ciudad de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos, y viví allí hasta que me recibí de profesora, momento en que llegué hasta la ciudad de Paraná para desarrollar mi vocación docente en el Instituto Cristo Redentor, y los primeros jaspes que llegaron a mis manos provenían de un río que tiene que ver con mis raíces y mis afectos… fueron encontrados a la vera del Río Uruguay, uno de los dos ríos que rodean mi provincia y constituye el límite oriental del territorio argentino en la zona mesopotámica, separándolo del brasileño en primer lugar y luego del uruguayo  (nace en la Sierra Geral, en territorio de Brasil, en la confluencia de los ríos Canoas y Pelotas. Después de recibir las aguas del Rio Cuareim, donde se forma una triple frontera entre Bella Unión -Uruguay- , Monte Caseros -Argentina- y la Barra do Quarai -Brasil-; el río continúa su recorrido hacia el sur, al tiempo que constituye la frontera entre Argentina y Uruguay, hasta la localidad de Nueva Palmira, donde desemboca en el Río de la Plata) . La historia de estos jaspes ya la relaté en Unos jaspes… unrecuerdo y en Por si quedaban dudas… y volveré a ella todas las veces que mis sentimientos me lleven… porque ellos fueron los que me impulsaron a escribir ese poema tan sentido y tan intensamente vivido: Quiero soñar…

   ¿Qué es lo que hace que estas piedras sean tan atractivas? Para eso tendríamos que referirnos un poco a sus características. Su nombre proviene del griego y significa "piedra manchada" o “piedra moteada”.  La clasificación a la que pertenecen no está clara porque en algunos aspectos algunas variedades están más próximas a los cuarzos y en otras a las calcedonias; por eso, aunque la mayoría de los autores los ubican entre las calcedonias muchas veces se los considera, por su estructura granular, un grupo independiente dentro de la familia de los cuarzos. Tienen una dureza entre 6 ½ y 7 en la escala de Mosh; según el tipo de transparencia son opacos, en su composición química se encuentran determinados conglomerados minerales en los que abunda principalmente el  dióxido de silicio (SiO2) que es un compuesto de silicio y oxígeno, llamado comúnmente sílice; el sistema cristalográfico que presentan es (trigonal) agregado microcristalino (la calcedonia no forma cristales bien desarrollados; los cristales que dan cuerpo a este mineral son diminutos, tan pequeños que resultan inapreciables, y se encuentran densamente empaquetados unos con otros para formar unas fibras que quedan inmersas en una matriz más o menos amorfa. Esta estructura se conoce con el nombre de microcristalina); no presentan exfoliación y tienen un índice de refracción de aproximadamente 1,5. 
   De acuerdo a la clasificación de los minerales, se encuentran entre el grupo de los Óxidos, hidróxidos (Grupo IV). Los óxidos se forman en grietas o cavidades de rocas que se llenan de agua rica en sílice. El jaspe finamente granulado y denso contiene hasta el veinte por ciento de materiales extraños que determinan su color, veta y apariencia; es así que se encuentran en varios colores como verde, rojo, marrón, negro, amarillo o azul grisáceo y mezclas de esos colores;  la mayoría son rayados, manchados o flameados (los jaspes de un solo color son muy raros). Pueden crecer también unidos a las ágatas y los ópalos y hasta aparecen como material petrificado.   
  
  Según el color, el dibujo, el yacimiento y la composición química existen muchos nombres comerciales: Jaspe ágata (amarillo, marrón o verde mezclado, crece junto con ágata);  Jaspe egipcio (totalmente amarillo intenso o rojo); Jaspe congregado (se trata de un jaspe que muestra bandas de diferente tonalidad); Jaspe basanita (negro, de grano fino de buena calidad); Jaspe rojo (de grano fino con un tinte uniforme, de rojo chillón hasta rojo sanguíneo; su color rojo se debe a la presencia de hierro y posee gran cantidad de pequeños puntos negros); Jaspe sanguíneo (falso nombre para el heliotropo o piedra sangre que no es un jaspe aunque su estructura radial con agregados redondeados crea la impresión de una estructura granular y que es una calcedonia opaca con cierta translucidez y de color verde oscuro con manchas rojas); Jaspe florido (las inclusiones traslúcidas son de ágata, en manchas o vetas de varios colores y agradable aspecto); Jaspe Hornstone (granulado muy fino, gris, marrón- rojo, o más raramente verde o negro); Jaspe escénico o paisaje (dibujo marrón producido por óxido de hierro y en forma de paisaje. Este jaspe posee interesantes contrastes entre el beige  y el marrón que forman diseños que  recuerdan a los desiertos de arena); Jaspe Biggs (procedente fundamentalmente del estado de Oregón en Estados Unidos); Jaspe Bruneau (un jaspe de color azul cielo que procede de Bruneau Canyon en Idaho - Estados Unidos); Moukaita o Jaspe australiano (con manchas como nubes color rosa a rojo claro); Jaspe plasma (verde oscuro, a veces con manchas amarillas o blancas); Jaspe silex (amarillo y rojo-marrón manchado o rayado), Jaspe de Nunkirchner (gris azulado, más raramente amarillo o marrón rojizo); Jaspe cebra (esta variedad posee bandas paralelas irregulares de colores beige y marrón); Jaspe arco iris (se destaca por sus colores amarillos, marrones y ocres); Jaspe brechado (predominan los colores rojizos debidos al hierro con algunos sectores blancos y ocres); Jaspe cobra (se caracteriza por tener manchas negras sobre una base de color verde claro); Jaspe dálmata (de color blanco amarillento y gran cantidad de pequeñas manchas negras, se asemeja a los tonos del pelaje de los perros dálmatas); Jaspe de Iraí (de tonos verde azulados con manchas rojas y blancas); Jaspe oceánico (fue descubierto en la costa de algunas playas de Madagascar, tiene una apariencia poco común porque está cubierto de círculos, motas y remolinos multicolor, evoca auténticos paisajes oceánicos y contiene todo tipo de colores. Se lo denomina también jaspe orbicular por sus muchas ondas y formas circulares); Jaspe leopardo (es una variedad de jaspe, que debe su nombre a su apariencia semejante a la piel de dicho animal)…
   Aunque el valor del jaspe no depende del color de la piedra, sí que es cierto que la variedad roja es la más apreciada y conocida, ofreciendo una amplia gama de matices y tonalidades. Lo que define el valor de esta piedra  es la saturación del color, es decir,  la pureza del color que debe ser vivo e intenso (el jaspe descolorido y de tonalidades grises pierde valor). Decidir entre una piedra u otra debe depender de su pulido, de su apariencia, de su color y, obviamente, de nuestro propio gusto.

   El jaspe se encuentra entre las primeras piedras que se conocen que se ha utilizado con fines ornamentales, y se nombra en La Biblia como una de las 12 piedras que adornaban el  el pectoral de Aarón, Sumo Sacerdote de los judíos, tal como se describe  (Éxodo 28; 15-21) que contenía 12 piedras representando a las 12 tribus de Israel y que fue confeccionado en el año 1250 a. C. por orden de Moisés bajo inspiración divina. También es identificada en los escritos de Alejandro Magno, Plinio y los alquimistas medievales. Por otro lado, Dante en La Divina Comedia también la menciona.

   Se encuentran yacimientos de jaspes en Egipto, Australia, Brasil, la India, Canadá, Kazajstán, Rusia, Uruguay, Estados Unidos, Italia, Alemania; en las costas de Madagascar fueron descubiertos no hace mucho tiempo los jaspes oceánicos; en Sudáfrica se encuentran los yacimientos de jaspe rojo de mayor calidad, encontrándose algunas veces variedades monocromáticas de la piedra, algo bastante inusual; en las laderas del cerro Montjuich, en Barcelona (España) se encuentran jaspes con bandas amarillentas; en los yacimientos secundarios de ágatas (en los cuales las piedras preciosas han sido transportadas desde el lugar de formación para sedimentar de nuevo en otro lugar), en la cordillera de la Costa, en Chile, abundan los nódulos de jaspe rojo, verde y café; si bien Argentina figura muy poco en la bibliografía entre los países que tienen jaspes, la mayoría de los que tengo en mi poder han sido encontrados en las márgenes del Río Uruguay, seguramente porque fueron trasladados por el río desde un yacimiento primario (la piedra preciosa aún posee la unión con la roca madre) o secundario para ir acumulándose en determinados lugares del mismo (Santa Ana, Colón, Concordia…) sobre todo porque los países limítrofes (Uruguay y Brasil) los tienen; también los he encontrado en la Patagonia mezclados con ágatas (de allí tengo el único jaspe rojo con geoda de cristales en estado totalmente natural y que compré en Piedra del Águila que es una localidad ubicada en el sudeste de la Provincia de Neuquén, en la Patagonia Argentina, al costado de la ruta en un puesto de venta de madera petrificada de arrayanes y araucarias, muy abundantes en la provincias sureñas; entremezclados con esas piedras venía este hermosísimo jaspe. La Patagonia Argentina comienza, por sus características geográficas, al sur del río Colorado, pero por razones políticas y porque la mayor parte del sector suroccidental de su territorio comparte sus características, mediante el Tratado Fundacional de la Región de la Patagonia, firmado en la ciudad de Santa Rosa, capital de la Provincia de La Pampa, el 26 de junio de 1996,  el territorio de la Región de la Patagonia está conformado por las provincias de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, abarcando el subsuelo, el Mar Argentino adyacente y el espacio aéreo correspondiente. Sin embargo, la definición más aceptada de la Patagonia no incluye en su territorio a la Provincia de La Pampa);  y en las Minas de Wanda en Puerto Iguazú, Misiones (estas minas fueron localizadas en 1976 y la Compañía Minera Wanda S.R.L. comienza sus actividades en el año 1994, adquiriendo el yacimiento denominado Selva Irupé conformando así el primer yacimiento de piedras preciosas de la Provincia de Misiones;  en las vetas de las minas se ha descubierto sobre todo amatista, que posee un color casi violáceo y se han encontrado topacios, ágatas, jaspes y cristales de roca. Se encuentra recostada a orillas del río Paraná y tiene la particularidad de encontrarse al aire libre o a cielo abierto. Los visitantes puedan caminar, curiosear sus cuevas e incluso observar el momento exacto en que los operarios realizan algunas de las explosiones para seguir perforando el basalto. Las minas de Wanda son muy conocidas para quienes visitan las cataratas pero vale la pena salirse un poco de los caminos más tradicionales para visitar otros yacimientos vecinos, como la mina de Santa Catalina, donde la producción conserva características totalmente artesanales. Las geodas de Santa Catalina y Wanda son piedras volcánicas que, se estima, tienen unos 150 millones de años). También se han hallado jaspes en la Mina Angela1, Malargüe, Volcán de la Sierras del Chachauén, Mendoza (hay fotos circulando por internet que así lo manifiestan) y, seguramente habrá otros sitios que puntualmente no puedo llegar a delimitar por mis escasos conocimientos sobre este tópico.

   En cuanto a su simbolismo cósmico-astral, en la mayoría de la bibliografía que he consultado, al jaspe rojo se lo considera la piedra natal del zodiaco para el signo de Aries, estando asignada a los planetas Marte y Plutón y es una piedra muy valorada en temas esotéricos (el esoterismo se refiere a toda doctrina que requiere un cierto grado de iniciación para estudiarla en su total profundidad. Lo que es oculto, secreto, reservado sólo a unos pocos.). Al jaspe en general algunos le asignan afinidad con los signos de Escorpio, Leo, Aries y Géminis y otros agregan a esta lista a los signos de Tauro, Cáncer, Sagitario, Capricornio y Piscis relacionándolos con alguna de sus variedades. Es conocido como el “supremo nutridor” y usada como amuleto se la considera una piedra de protección; protege contra lo negativo y ayuda a estabilizar la energía de la Tierra. En los chakras, las diferentes variedades del jaspe son utilizadas, según su color, para conseguir equilibrar la energía de los mismos, permitiendo que ésta fluya correctamente y absorbiendo la energía negativa.

   En cuanto a sus teóricos poderes curativos y al uso terapéutico de los mismos, el jaspe mejora la salud del páncreas y los órganos sexuales, asimismo ayuda a combatir los problemas de ciática (jaspe verde), de las uñas de los pies y del sistema circulatorio (jaspe rojo) y digestivo (jaspe amarillo). Se dice que colocando una pieza de jaspe en la habitación de una persona convaleciente o enferma, ésta ayudará en su recuperación.

   Los jaspes… piedras muy especiales para mí… sé que no tienen mucho valor como gemas… pero son los que atesoran un recuerdo muy querido… porque son los que me conectan con uno de mis afectos… con esa entrañable amiga y comadre que hace años se fue de mi vida… pero a la que sigo abrazando a través de ellos. Por eso cada vez que encuentro un jaspe que me llame la atención no puedo dejar de comprarlo… ellos me permiten seguir imaginando en sus paisaje los tapices que Chiche bordaba… y mis sentimientos afloran… porque “esa piedra…” llega a mis manos y su “espíritu motor…” los moviliza. Tal vez por eso elegí este día para publicar este escrito… hoy sería su cumpleaños.






                                                                                                       María Adela Pon